Esta historia nos lleva a los zapatos de un detective de homicidios que gusta de vivir una vida tranquila y sin problemas. Tiene varios hobbies como el hacer manualidades con barro y hacer hiking.
Esto hasta ahora sonaría como una historia de una persona normal que no tiene nada que ocultar y que no se mete en problemas. Pero, Oh, sorpresa. Resulta que él es un asesino en serie que se dedica a castigar a la gente mala e inmoral, sea desde asesinos hasta el misógino hijo de fruta que te encuentras en el metro que empuja abuelas.
Pero el mismo admite que no lo hace de la bondad de su corazón, pues, disfruta del matar y torturar a sus víctimas aplicándoles el mismo pecado que ellos cometieron, la cerecita sobre el pastel es que se dedica a tomar fotos de sus rostros llenos de terror y desesperación que colecta en un álbum de fotos grotesco guardado en su casa de las montañas. La cerecita se queda corta cuando este, al deshacerse del cadáver, ocupa las cenizas de sus víctimas para hacer artesanías de barro que muchas de las veces quedan cómicamente mal y con dibujos chistosos.
Cada capítulo te hace edging, te tortura pensando como estos malnacidos se salen con la suya mientras Brutal vive su vida tranquila y apacible. Hasta que él se entera o se da cuenta de que algo anda mal. Haciendo su característico tic, sabes que la cosa se va a poner sabrosa y que seremos vengados por lo mal que lo hemos pasado leyendo la historia de las víctimas.
Este es un manga que recomiendo mucho, aunque algo corto porque te deja deseando leer más. Es una buena lectura que, si estás ocupado, tardarás en leerlo; se te hará ameno, con emoción y morbo. Esta obra es una carta de amor a toda media de vengadores y vigilantes como la clásica serie de Dexter, asesino serial de asesinos seriales. En conclusión, si te gusta el género de venganza tanto como a mí, es una lectura que no te puedes perder.
Me parece una idea bastante efectiva que el protagonista les aplique a sus víctimas el tipo de atrocidades que ellos cometieron como victimarios, y las artesanías con sus restos es un buen toque jaja